domingo, 13 de marzo de 2011

imprimir página

Al General Perón, de sus viejos amigos y leales soldados peronistas


      La mayoría de los que concurrimos a la Plaza de Mayo el Día de los Trabajadores, fuimos respondiendo a la convocaroria formulada por usted General. el día 12 de de Octubre pasado, cuando asumió por tercera vez la Presidencia de la Nación. Nos citó para que dijéramos "si estábamos conformes con su gobierno". No nos invitó solamente a ver números artísticos. Esa fue la invitación y esas las reglas del juego.
      Pidió públicamente que fuéramos a decirle nuestra verdad. A eso fuimos, y cuando comenzamos a exteriorizar nuestras convicciones al respecto, recibimos como respuesta calificativos injustificados.
      Escuchamos además con estupor, que aquellos que negociaron, pactaron, fueron colaboracionistas, participacionistas o dialoguistas con los gobiernos de turno, especialmente los alcahuetes de la dictadura militar, esos que convirtieron al Movimiento Obrero Organizado en instrumento a su servicio personal, esos eran, ahora, "dirigentes sabios y prudentes", grandes patriotas. Entonces no pudimos evitar que volviera a nuestra memoria aquella carta que usted nos enviara, General, donde decía que estos mismos dirigentes que, comprometidos hasta los tuétanos con la dictadura militar, dejaron sin efecto un paro general desoyendo sus expresas directivas, que eran "traidores a la clase trabajadora" y que "había que tirarlos por la ventana del cuarto piso de la CGT". También recordamos a su vez y volvimos a escuchar la cinta magnetofónica que certificando su carta nos enviara desde Madrid.
      Parece que ahora, por el retorno de Perón, que ellos sabotearon consecuentemente, se ha producido el milagro de convertir la traición en lealtad y los usurpadores en cargos, en dirigentes representativos. Fíjese cómo serán de representativos esos dirigentes, que precisamente en el Día de los Trabajadores, ninguno de los que ocupan la cúpula sindical se atrevió a presentarse en la Plaza para hablarle a los trabajadores.
      Conviene aclarar que no solo eran jóvenes los que fueron a decirle su verdad al General Perón en la Plaza de Mayo. Habíamos millares de hombres y mujeres ya naduros que también pensamos como los jóvenes. Que no estamos conformes con muchas cosas que están pasando. Íbamos a decirlo, a pedir una respuesta que nos esclareciera, que nos permitiera mantener la fe.
      Lo que sucedió, no sólo no nos dió respuesta, sino que nos aumentó la confusión y nos desalentó profundamente. Quienes le escriben esta carta, General, hemos sido protagonistas de la historia de estos casi  treinta años de lucha peronista; nuestros nombres los conoce el pueblo y también los conoce usted General porque juntos hemos estado en las buenas y en las malas y estamos ligados al sacrificio, la fe y la resistencia del pueblo peronista.
      Si nos quedáramos callados frente a todo esto que ocurre no sólo traicionaríamos nuestra lucha sino la responsabilidad que tenemos de hablar por muchos compañeros que sienten como nosotros que no sólo se desvía el rumbo sino "que está lleno de gorilas el gobierno popular" y que los traidores manejan la cúpula del Movimiento Peronista. Este 1ro. de Mayo será considerado uno de los más tristes para los trabajadores. Porque no es cierto que, como dice el aparato de difusión oficial, se hayan ido de la Plaza unos pocos o que sólo fueran jóvenes. Se fue, General, más de la mitad de la gente que allí estaba mientras usted hablaba. Se fue la gente que no fue llevada allí por el fabuloso aparato de los burócratas sindicales protegidos por la policía y apoyados por grandes cantidades de dinero. Esta gente que se fue, había ido a pregubtarle a su Líder qué pasaba, y quería una asamblea, quería el reencuentro con Perón y el diálogo peronista.
      Cuando preguntaron, fueron calificados con sorpresiva dureza y su entusiasmo y su fe, se convirtió en dolor, porque habían ido allí a expresarle a usted sus angustias y sus preocupaciones para que se les respondiera y se los tranquilizara.(...) Nosotros, los trabajadores, estamos dispuestos a dar salarios, sacrificios y privaciones para la reconstrucción. Este era el estado de conciencia cuando asumió el gobierno el peronismo, luego de dieciocho años. Pero el pueblo ha sido rechazado del gobierno, su participación cerrada, y en su lugar hay una gran mayoría de burócratas, de viejos traidores, de conocidos represores de la causa popular. Y nadie nos dice por qué las cosas no cambian y por qué tenemos que aguantar todo esto aún, quedándonos callados.
      Odiados represores y torturadores durante la dictadura neocolonial han sido llamados a conducir los organismos de seguridad, han sido ascendidos en lugar de pedirles cuentas por sus crímenes.(...) Con respecto a los "estúpidos", "imberbes" y "mercenarios" es necesario recordar que no nacieron por generación espontánea. Son nuestros hijos. Los hijos de los trabajadores, muchos de los cuales estudian y trabajan. Los hijos de los hombres leales y combatientes que durante dieciocho años no escatimaron esfuerzos ni sacrificio para rescatar al país de las manos de la antipatria. Y saben más de peronismo que la mayoría de esos personajes arribistas que hoy lo rodean, General. Y esto, porque han mamado el peronismo desde chicos. Lo aprendieron con lágrimas y privaciones, cuando siendo niños los despertó bruscamente el allanamiento de los comandos civiles, militares o policiales que los encañonaban mientras arrestaban al padre, al hermano o a la madre; que luego serían encarcelados, torturados o fusilados. Son los que durante años los días domingo tenían un solo paseo: la cárcel donde estaba el ser querido preso.
      Son los que aprendieron de nosotros lo que era el peronismo y qué significó para el país. Son los que arriesgaron la vida peleando contra la dictadura. Son los torturados, los perseguidos de todos estos años, los sobrevivientes de la masacre de Trelew. Son los que apaleaba la policía de la dictadura cuando salían a la calle a gritar "!Viva Perón!", "!Perón vuelve!". Son los amigos, los padres, las novias, los compañeros de los que murieron por la patria y por su regreso, General. Son, General, como usted mismo lo dijo, la esperanza y "la juventud maravillosa". Son los que el 1ro. de Mayo llegaron a la Plaza gritando "Perón o Muerte".
      Son los que no aflojan, los que no se entregan, los que no claudican. Argentinos orgullosos de su estirpe que ya han aprendido a diferenciar la paja del trigo. Son los que estám seguros que no hay liberación sin revolución y que la revolución no se hará jamás con traidores, cipayos y gorilas.
      Son los que se retiraron de la Plaza llorando su amargura y su frustración. Los que nos preguntaban con lágrimas en los ojos por qué el Líder los había abandonado y prefería a los burócratas, a los traidores, a los agentes del antipueblo. Los viejos y auténticos peronistas estamos al lado de ellos. Porque son honestos, son leales, auténticos, desinteresados y sobre todo, como lo han demostrado, peronistas hasta la muerte. Que podrám equivocarse, pero que son incapaces de una traición y una deslealtad.
      Estamos al lado de ellos y con ellos en el Movimiento Peronista. Porque ser peronista no es una filiación ni una patente que dá un burócrata, no es una adherencia. Es un compromiso, un estilo de vida, algo que como la honestidad solo se pierde cuando se delinque. Ser peronista es servir al pueblo y hacer lo que el pueblo quiere.
      General, como viejos soldados, hemos querido decirle estas cosas. Porque hemos peleado duro para recuperar el gobierno. Porque seguiremos peleando para que el peronismo logre el poder y pueda hacer de esta patria una gran Nación con un pueblo feliz. Porque derrotaremos de una vez por todas a los enemigos de afuera y de adentro, esos que al servicio de intereses antinacionales pretenden impedir que el peronismo sea la vanguardia de la gran revolución nacional que concrete la liberación definitiva de nuestra Argentina.

Agrupación del Peronismo Auténtico (APA)
Andrés Framini - Sebastián Borro - Armando Cabo - Dante Viel - Arnaldo Lisazo
(Publicada el 8 de mayo de 1974 en el diario Noticias)

1 comentario:

  1. Una parte de "La Juventud Maravillosa" fue a pedir respuesta... Otros “estúpidos imberbes” se habían dado cuenta que hacía rato que no las había…
    Buscando respuestas, encontraron más de 20 mil desaparecidos…
    De ahí la importancia de la claridad de los análisis.

    ResponderEliminar