El libro y el documental Escuadrores de la muerte: la escuela francesa, pusieron al descubierto, por primera vez, la participación de los militares franceses en la génesis de la llamada Operación Cóndor, y en el adiestramiento de los oficiales argentinos y chilenos, en técnicas de contrainsurgencia, basadas en el modelo que el ejército francés aplicó en Indochina en 1954 y en Argelia en 1957.
La noticia de la existencia de este documental en 2003, cuando se cumplieron los treinta años del golpe militar de Pinochet en Chile, adquirió un significado especial. Uno de los entrevistados por Robin, fue Manuel Contreras, jefe de la temible DINA, quien no tuvo ningún problema en admitir que “en Chile no hay detenidos desaparecidos. ¡Todos están muertos!”
En Argentina, donde el documental fue transmitido por Telefé, varios medios de comunicación escrita, entre ellos Página 12, se encargaron de amplificar las tremendas revelaciones hechas por tres jerarcas de la dictadura, Reynaldo Bignone, ex presidente de facto, Albano Harguindeguy, ex ministro del Interior, y Ramón Genaro Díaz Bessone, ex jefe del II Cuerpo de Ejército. Este último confesó a Robin que el régimen argentino hizo desaparecer a 7 mil personas “porque no se animó a fusilarlas por temor”.
La impresión que tuvo Robin es que los militares argentinos fueron los mejores alumnos de la “Escuela francesa” de tortura. “Bessone me dijo que la única forma de sacar información a un detenido, era a través de la tortura”. Harguindeguy afirmó que en esa época “todo el mundo era sospechoso”, y Bignone indicó que algunos obispos católicos no desaprobaron la aplicación de castigos físicos en los interrogatorios.
“Me dieron un poco de miedo”, confesó Marie-Monique Robin, desde París en oportunidad del estreno del documental. Para conseguir los testimonios de los generales argentinos y del jefe de la DINA en Chile, la periodista francesa tuvo que fingir que era una historiadora de extrema derecha.
“Yo empecé con otro tema, contó, el de la Operación Cóndor. Investigando eso, me di cuenta del papel que tuvieron los franceses en la génesis de la operación”. Advierte que se llevó la mayor sorpresa de su vida, al enterarse que en 1959 llegó a Argentina una misión militar francesa permanente, con el objetivo de formar a los ejércitos de Argentina y Chile, entre otros, en la guerra antisubversiva.
La teoría de los franceses es una concepción militar apoyada en la experiencia de Indochina. Llegaron allí después de terminada la Segunda Guerra Mundial, que era una guerra clásica, con un frente y con soldados en uniforme. Y cuando llegan a Indochina se dan cuenta de que son muy numerosos y están muy bien equipados, pero no pueden acabar con el viet minh y se preguntan por qué. Así nace la teoría de la guerra contrarrevolucionaria, porque el viet minh anda sin uniformes, escondido en la población que les presta apoyo, dándoles comida. La llaman una guerra moderna. ¿Porqué es moderna? Porque no hay frente, es una guerra de superficie, el enemigo está escondido en todo el terreno, no se sabe dónde está. El enemigo es interno, no está afuera, todo el mundo se vuelve sospechoso, hay que controlar a toda la población y hay que buscar nuevas formas militares para luchar contra esta nueva forma de guerra. Por eso la cuadriculación territorial, que fue tomada aquí al pie de la letra, o la división en zonas y sub zonas para que el ejército controle todo el territorio. Entonces la inteligencia se vuelve muy importante, y quien dice inteligencia dice interrogatorio, y quien dice interrogatorio dice también tortura. Es muy lógico. El problema es qué hacer con los torturados cuando están muy mal: hacerlos desaparecer. Pero al mismo tiempo no es solamente una cuestión de técnicas militares. Se trata de un modelo dictatorial del poder. Esto es interesante porque cuando llega aquí la misión de los militares franceses, en 1959, ellos traen técnicas militares pero también una concepción ideológica, teórica, del poder del ejército, que deriva en el terrorismo de estado. Marie-Monique Robin: La teoría de los franceses es una concepción militar apoyada en la experiencia de Indochina. Llegaron allí después de terminada la Segunda Guerra Mundial, que era una guerra clásica, con un frente y con soldados en uniforme.
Cuando se estrenó en Argentina el film de Gillo Pontecorvo "La batalla de Argel" causó conmoción. A mediados de los años sesenta y comienzos de los setenta, todos habíamos visto más de una vez la pelicula de Pontecorvo. También los militares, que veían recreadas ficcionalmente las teorías y métodos contrainsurgentes que venían estudiando desde mediados de los años cincuenta. Es común la creencia de que ésta teoría vió la luz en la Escuela de las Américas montada por los Estados Unidos, pero el orígen real se encuentra en "la escuela francesa", que luego perfeccionarían, por supuesto, los norteamericanos en Vietnam. Las diferentes lecturas que se hicieron configuraron una paradoja trágica. Las avenidas de las ciudades argentinas, la historia y la cultura nacionales, poco tenían que ver con la Casbah y la lucha de liberación nacional del pueblo argelino, como interpretaron las organizaciones armadas. Las Fuerzas Armadas por su parte, transformadas en un ejército de ocupación, aplicarías sistemáticamente ésta doctrina con espantosa efectividad. Como dato adicional, es pertinente señalar que son numerosos los testimonios que dan cuenta de la presencia de hombres que hablaban en francés en el palco de Ezeiza __ aunque es probable que éstos fuesen colonos franceses oriundos de Argelia y ex miembros de la OAS radicados en nuestro país__ durante la masacre perpretada aquel trágico 25 de mayo de 1973.
La teoría de los franceses es una concepción militar apoyada en la experiencia de Indochina. Llegaron allí después de terminada la Segunda Guerra Mundial, que era una guerra clásica, con un frente y con soldados en uniforme. Y cuando llegan a Indochina se dan cuenta de que son muy numerosos y están muy bien equipados, pero no pueden acabar con el viet minh y se preguntan por qué. Así nace la teoría de la guerra contrarrevolucionaria, porque el viet minh anda sin uniformes, escondido en la población que les presta apoyo, dándoles comida. La llaman una guerra moderna. ¿Porqué es moderna? Porque no hay frente, es una guerra de superficie, el enemigo está escondido en todo el terreno, no se sabe dónde está. El enemigo es interno, no está afuera, todo el mundo se vuelve sospechoso, hay que controlar a toda la población y hay que buscar nuevas formas militares para luchar contra esta nueva forma de guerra. Por eso la cuadriculación territorial, que fue tomada aquí al pie de la letra, o la división en zonas y sub zonas para que el ejército controle todo el territorio. Entonces la inteligencia se vuelve muy importante, y quien dice inteligencia dice interrogatorio, y quien dice interrogatorio dice también tortura. Es muy lógico. El problema es qué hacer con los torturados cuando están muy mal: hacerlos desaparecer. Pero al mismo tiempo no es solamente una cuestión de técnicas militares. Se trata de un modelo dictatorial del poder. Esto es interesante porque cuando llega aquí la misión de los militares franceses, en 1959, ellos traen técnicas militares pero también una concepción ideológica, teórica, del poder del ejército, que deriva en el terrorismo de estado. Marie-Monique Robin: La teoría de los franceses es una concepción militar apoyada en la experiencia de Indochina. Llegaron allí después de terminada la Segunda Guerra Mundial, que era una guerra clásica, con un frente y con soldados en uniforme.
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