viernes, 10 de junio de 2011

La verguenza cordobesa

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La verguenza cordobesa

                                                                            



¿Ineptitud política? ¿Egocentrismo al palo? Acaso sea la primera véz que un gobierno se vé imposibilitado de presentar candidatos en Córdoba para una elección nacional. Tras casi ocho años de reuniones enredadas, "encuentros" amañados, "alternativas de centro-izquierda" con tufillo antiperonista y agrupaciones peronistas con prejuicios hacia la izquierda __ vieja historia superada o en vías de superación en el kirchnerismo a nivel nacional__, el empeño de los pocos caciques locales por convocar a montones de indios desorientados, tuvo el resultado previsible.
Porque esta historia comienza así. Desde la autodenominada Multipartidaria hata la presencia de las principales agrupaciones en el Frente para la Victoria, donde incluso llegó a formarse una Mesa Directiva plural, que apoyaba la candidatuta del intendente de Villa María Eduardo Acastello y de la dirigente docente Cármen Nebreda, todos los detalles mencionados comenzaron a correr bajo los puentes de La Cañada, horadando las bases de una unidad que era imprescindible para neutralizar al delasotismo, que hoy encuentra el campo orégano.
Es cierto que desde el gobierno se alentó un acuerdo con De La Sota, acaso conociendo mejor al PJ local que los mismos cordobeses, y atendiendo a una lógica de hierro del pragmatismo político: las elecciones se ganan con votos.
Fue un polvaderal. Se llegó incluso a dudar de la coherencia política de la propia Presidenta y de su equipo. Ahí surgió la desesperación por acordar lo que no se pudo o no se supo concretar en años de esforzado reunionismo. Sin embargo, el fallido acuerdo partía jústamente de la ausencia de una fuerza propia con peso específico, más allá de lo testimonial, en una ciudad donde paradójicamente las encuestas dán a Cristina más de un 30% de aprobación. Un vicegobernador del kirchnerismo "puro" y varios kirchneristas en lugares expectables, era todavía una salida realista, un sapo posible de tragar, y a seguir construyendo.
¿A seguir construyendo? Cuando De La Sota pateó el tablero traicionando los acuerdos, rodeándose de sus viejos aliados de la UCEDE y no ocultando su pasado neoliberal y dudoso, sino, por el contrario, ufanándose de "haber pedido a Dios que no me deje odiar", gracia divina aparentemente concedida, puesto que compartió "un velatorio" (¿de quién?) con "su torturador" Menéndez, no sólo quedó al desnudo la naturaleza del PJ cordobés, sino la desolación del peronismo kirchenerista y sus aliados. Pero ya era tarde. Cristina bajó el pulgar.
Hoy, Córdoba, aquella que en los 70 llamaban "la isla", la del peronismo combativo de Atilio López y la izquierda unitaria de Agustín Tosco, que supieron formar una alianza que incluía al peronismo ortodoxo de Elpidio Torres para hacer posible El Cordobazo; la que supo enfrentar al fascismo de Lacabanne y el Comando Libertadores de América, versión autóctona de la Triple A; la del 18, la cuna de tantas rebeliones, de tantos dirigentes combativos, desde Miguel Contreras hasta "el negro" Atilio, desde Tosco y Canelles, hasta aquel gran peronista que fue Amado Olmos o aquel Gobernador de la Tendencia, Obregón Cano (son tantos los nombres de las sangres compartidas...), se apresta a votar por la derecha, en cualquiera de sus tres versiones: "el compañero" De La Sota, "el milico" Aguad, o el chistoso Juez.
Y no, no es cierta esa boludez de que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Tampoco que la militancia kirchnerista de Córdoba sea responsable de la mezquindad y vuelo bajo de algunos dirigentes y cuadros más preocupados por los "lugares" que por el Proyecto. La militancia kirchnerista, peronista y no peronista, tiene que tomar ahora la posta y comenzar a trabajar para las legislativas, y para garantizar la continuidad del modelo en el 2015. Porque la batalla, compañeros, recién empieza. Y acá, ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso.
¿Somos todos cristinistas? Y no, no alcanza. ¿Todos "acompañamos"? Menos. Acá se está jugando un destino, una esperanza, y hasta los aguateros tendrán que meterse en el barro. De la historia, diría Feinmann. Porque el peronismo kirchnerista__ así denominó La Cámpora el lanzamiento multitudinario de la nueva agrupación, como para ir aclarando los tantos__, es mucho más que una opción de gobierno. Es la síntesis superadora de muchos desencuentros, el río caudaloso que trata de nutrirse con los diversos afluentes culturales y políticos que fueron gestándo este camino. A su derecha, está la restauración neoliberal. Y a su izquierda, no hay nada.
"Todo este reverdecer de los sueños de aquellos que desde siempre nos identificamos con un Proyecto Nacional__ escribe Lorenzo Donohoe, ex Vicepresidente del Banco Nación__, toda esta realidad de realizaciones, toda esta interpelación a la Argentina desde la ideología y no desde las encuestas, necesitó de mucho coraje y principios muy firmes. Por todo esto, Cooke, en este escenario de hoy, inimaginable en aquel entonces, no hubiera dudado en definir a Néstor Kirchner como el hecho maldito del peronismo burgués".
Ese que, tal vez, nos gobierne los próximos cuatro años. ¿Sabremos estar, compañeros, a la altura de las circunstancias?

                             
                                                                    
                                                                                        Héctor Solasso

1 comentario:

  1. Excelente tu post!
    Viniendo de Córdoba, generadora de luchadores brillantes y claros, muchos de los cuales pagaron con sus vidas... Muchos ultrajados por la dictadura más sanguinaria y violenta de nuestra patria... Es casi imposible explicar (el casi lo puse de "puro positiva") que energúmenos como De La Sota (sin el compañero, ni encomillado), "el milico" Aguad, o el chistoso Juez sean los que danzan en este momento... La verdad, no alcanza con las proclamas pero "es un lujo extratemporal" deprimirse... A trabajar duro, será un desafío, tan importante -¿o más?- como el que tenemos en CABA...
    Comparto por cierto "No tenemos los gobiernos lo que nos merecemos" es una consigna de ellos para lavarse las manos, es algo así como "no te metás, total..."
    Yo sé que no me merezco un Macri, lo sabía y trabajé dentro de mis posibilidades para tener lo que merecía, en ese momento Filmus-Heller... Habrá que trabajar forzando las posibilidades de cada uno, ya que lo que podemos hacer no alcanza...
    A realizar trabajo forzado compañero... desde CABA intentaremos ayudar, de eso esté seguro...

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