martes, 23 de agosto de 2011

Trelew

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No es preciso reinventar las palabras
para saber del viento
el olor de la sangre derramada
o el gusto amargo del frío.
Yo creo que tampoco es necesario
volver ahora sobre las frases hechas
cobijarnos en el terror, el pánico
legítimo, cotidiano y acaso
militante
o refugiarnos más allá de la rabia
absoluta, irrenunciable,
para saber de las voces fusiladas
los ojos mudos y las lenguas secas
aún cuando las uñas y los sueños
continúen creciendo todavía.

Ees preciso, sí,
olvidar el olvido.



                              Héctor Solasso (del libro "Con la poesía al hombro", 1975)

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