jueves, 29 de diciembre de 2011

El fin de la esperanza (La historia oculta de los refugiados españoles en Francia)

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1939. La derrota. La retirada. Miles y miles de españoles cruzan la frontera francesa huyendo de la salvaje represión del franquismo. Hombres, mujeres y niños llegan a totalizar más de 500.000
refugiados que serían hacinados en campos de concentración. Muchos combatientes se niegan a sufrir la humillación y entregar sus armas en los puestos de control, regresan a las montañas para organizar guerrillas que languidecerán hasta morir. Las cifras estimativas de la cantidad de españoles republicanos muertos en los campos por las enfermedades, el frío y el hambre, marcarán la verguenza de Francia.
El campo de La Vernet era conocido como "campo represivo" donde se alojaban en general comunistas y dirigentes de las Brigadas Internacionales. El famoso fotógrafo Robert Capa visitaría estos campos en 1939, describiéndolos como "un infierno sobre la arena; los hombres allí sobreviven bajo tiendas y chozas de paja que ofrecen una miserable protección contra la arena y el viento. Para coronar todo ello, no hay agua potable, sino el agua salobre extraída de agujeros cavados en la arena".  
Y sin embargo, miles de esos hombres combatirían heroicamente contra el nazifascismo, se incorporarían a la Resistencia, a los Cuerpos de Ejército.  Los componentes de la legendaria División "La 9" eran casi todos españoles y el primer blindado que entró en París era el "Guadalajara", seguido por el "Teruel", el "Ebro", el "Guernica", "Belchite", "Madrid" y "Don Quijote".
Y sin embargo, en 1942, miles de esos hombres lanzarían la famosa ofensiva del Valle de Arán, con el objetivo de formar un Gobierno republicano en el exilio con Negrín como presidente, enfrentando nuevamente a las tropas franquistas pese a la enorme disparidad de fuerzas y armamento, dejando 548 muertos sobre el terreno y ocasionando 258 bajas al enemigo.
Y sin embargo, nuevamente la esperanza se vería traicionada. Finalizada la guerra, una lógica elemental dictaba que los vencedores avanzarían sobre la España de Franco, el aliado de Hitler, el que envió tropas a combatir en el frente oriental, el último reducto del fascismo en Europa. Pero ya había comenzado la "guerra fría" y era preferible una españa fascista a una España supuestamente "roja".
A finales de 1946, un escritor español anónimo, Juan Hermanos, publicaría un libro estremecedor que prologaría Jean Paul Sartre: El fin de la esperanza. "Son las postreras palabras de un moribundo y no podemos cambiar una sola letra. Es demasiado tarde. Era, sin embargo, necesario que escucháseis este grito de vuestra víctima. Este grito que precede en un segundo al deguello final: el grito del fin de la esperanza. Esta voz no ha sido asesinada desde hace veinte años. Era la de los judíos alemanes, luego la de los austríacos, la de los españoles, la de los polacos. Murieron unos tras otros, y cuando caían, otros venían a relevarles y gritaban a su vez. Nosotros nos tapábamos los oídos. Ahora, el libro está aquí. Los últimos que gritaban están muertos. Quedan palabras impresas. Es preciso que las leáis para aprender cómo se grita el final de la esperanza, porque pronto nos llegará nuestro turno. Después, no habrá nadie para gritar. Ni nadie para taparse los oídos".
"Esto es lo que han hecho de nosotros todos los puercos reunidos __dice Juan Hermanos__, las "democracias" y los camisas azules...". Son las postreras palabras de un moribundo, y no podemos cambiar ni una sola letra.



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