lunes, 9 de mayo de 2011

"Ella sola no va a poder"

imprimir página



por Anibal Fernandez
(del libro Zonceras argentinas y otras yerbas)








    El 27 de octubre de 2010, cuando miles de jóvenes le hacían guardia de honor a Néstor y acompañaban a Cristina en su dolor, el centenario matutino porteño volvió a repetir su "operación apriete". Una nota firmada por un pseudoanalista político vinculado al Ejército, a quien alguna vez don Raúl Alfonsín mandó en cana por sedicioso, repetía el juego de cuando recién asumía Néstor: le planteaba un pliego de condiciones para apoyarla, sustancia de esta genial zoncera.
    El artículo en cuestión, titulado "Sin Kirchner, Cristina puede asumir el poder", decía que la muerte "del líder del oficialismo genera núltiples interrigantes. Es la primera vez en la historia argentina que la ausencia de álguien que no es el Presidente genera una situación semejante", y luego, explicaba que la Presidenta "tenía la oportunidad de modificar, rectificar, corregir, cambiar una serie de aspectos, estilos. orientaciones y políticas impuestas por su marido", porque, concluía en tono de advertencia, de otra manera, "no le será fácil gobernar".
    Blandía el fantasma de la debilidad.Pretendía exihibir el sino de la mujer sin hombre. La idea de mostrar a la Presidenta como una dama desvalida, impotente sin ese punto de apoyo imprescindible que le permitía tomar desiciones. "Sola no va a poder" no sólo es un pensamiento retrógrado y reaccionario. Es bosta de paloma: tan monstruosa como aquella idea de que "la psiquis de las masas no responde a nada que sea débil o mediocre. Es igual que la de una mujer, cuya sensibilidad espiritual está menos determinada por razones abstractas que por un ansia emocional indefinible de satisfacción de poder, y que por tal razón prefiere someterse al fuerte más que al débil... También la masa prefiere al dominante más que al suplicante." Eso escribió Adolf Hitler en Mi Lucha. Pavada de autor para coincidir.
    Y no es solo acá, en la Argentina. En Francia, por ejemplo, se ha creado el grupo de mujeres "Chiennes de Garde" (Perras guardianas), que analiza, entre otras, la violencia verbal de género y sus efectos mo solo en los avisos publicitarios sino en todos los medios masivos. Isabelle Alonso, su presidenta, dice que el grupo nació fundamentalmente "para la defensa de las mujeres en la política, a menudo víctimas de la mirada falocrática de los medios de comunicación" ¿Qué tul? Chupate esa mandarina. El discurso "falocrático" de los medios...
    Por estos pagos somos más sencillitos, aunque igual de contundentes. El Observatorio de Medios de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora no usa palabras tan rimbombantes pero observa (que para eso es Observatorio) un discurso groseramente discriminatorio hacia la Presidenta. El análisis surge del trabajo realizado sobre tres natutinos nacionales durante el mes que siguió a la muerte de Néstor Kirchner. Un recorte de este diagnóstico menciona un artículo que ya desde su título es agresivo: "Cristina busca cómo reemplazar a Kirchner".
    Partiendo de una frase de la nota que reza "Ahora la viuda de Néstor Kirchner intenta ocuparse de las cosas que antes hacía su esposo", el estudio indica que el estilo periodístico utilizado "es despectivo tanto del rol presidencial como de la figura de mujer" y agrega que el artículo "hace referencia al uso de maquillaje de la mandataria, a la búsqueda de su reconocimiento como jefa, a sus ambiciones respecto de la conducción del PJ". Lo notable __o tal vez no tanto__ es que la nota de referencia está firmada por una periodista que ha hecho gala de su defensa de las mujeres políticas.
    Por su parte, también en el matutino centenario, un calvo y efusivo redactor con efluvios machistas expresó: "Es casi seguro que la muerte de Kirchner puede generar un movimiento que no alcanzaron a producir sus dos internaciones recientes: el de un acuerdo mínimo entre el oficialismo y la oposición para rodear a un gobierno débil. Esta hipótesis supone algo que todavía debe ser probado y es que Cristina Kirchner aceptará la debilidad."
    Y es así, mi amigo. Nos dicen que la mujer es débil. Por eso no entienden cómo se pudo bancar la peléa contra la autodenominada "Patria Agropecuaria" que no son otra cosa que los poderosos carteles de siembra que, desde siempre, han sido enemigos de los "pequeños chacareros, los pobres y los débiles". O cómo hizo para enfrentar la extorsión y les clavó la Ley de Servicios Audiovisuales... una ley que les pidieron a todos los ex presidentes hombres y que ninguno pudo sacar. Y cómo logró junto a un amplio abanico ideológico la demorada Ley de Matrimonio Igualitario. Nada de eso se entiende porque es una mujer "débil"...
    !Madre de Dios! Si nuestra Presidenta es débil, lo que será cuando se fortalezca y "pueda gobernar".
    Autoridad, autoridad, autoridad. !Cuántas boludeces se dicen en tu nombre! Pasa como con otras zonceras: gataflorismo básico. O sos autoritario o sos débil. O sos hegemónico o no podés gobernar. Si nio sos "dialoguista" sos "autista".

1 comentario:

  1. Excelente nota, sin agregar nada comento.
    Que los medios tienen un discurso “falocrático” no es ninguna novedad.
    Nuestro lenguaje fue diagramado por hombres, nuestras leyes, nuestro apellido… Nuestra cultura tiene ese discurso… ¿Qué hace/hará una mujer sin un hombre que la “guíe” e indique el camino? Lo más probable es que “ande a la deriva” o se “prostituya”…
    Para los medios, Cristina no iba a ser una excepción a la regla.
    De hecho no lo es, las mujeres podemos andar por el mundo sin tan preciada compañía…
    Las mujeres, principalmente las que transitamos nuestras sendas antes de este siglo (aunque suene una antigüedad y la banquemos) hemos recibido ese discurso como constante, la compañera Cristina también lo debe haber recibido hasta en la facultad.
    Me niego al discurso feminista, no me interesa el machismo al revés… Me interesa transitar la vida de la mano de mis semejantes sin tener en cuenta su sexo o el uso que hacen de él (sí me interesa si pienso en pareja, pero eso es otro asunto).
    Con respecto al apellido, las mujeres de mi generación saben lo que hemos tenido que “luchar” para conservarlo, ya que en los trabajos nos querían “señora de…” y seguían usando el “señora de….” aunque el “dueño” hubiese cambiado.
    Por suerte los vientos están mudando y nosotras mismas nos hemos encontrado con “compañeros” de oro.

    ResponderEliminar