Es en el ex centro de detención y muerte Campo La Ribera. Relato de un sobreviviente.





CAMPO LA RIBERA. Se inauguró el espacio de memoria




CAMPO LA RIBERA. Hoy, espacio de memoria




CAMPO LA RIBERA. Ganchos empleados para el exterminio





"En este gancho colgaban a los presos, les tapaban la cabeza y los fusilaban", dice el ex preso político Mario Paredes en el patio del ex centro clandestino de detención Campo La Ribera, que esta mediodía, al cumplirse 34 años del último golpe militar, se convirtió en un sitio de la memoria a cargo de este sobreviviente.

No me preguntes por qué, pero cuando esto era una escuela los chicos no jugaban acá

Mario Paredes
Director del Espacio de Memoria de Campo La Ribera

La Ribera fue primero una cárcel militar y después un centro de detención que estuvo conducido por el general Juan Bautista Sassiaíñ. Después, por decisión del gobernador Eduardo Angeloz, fue jardín de infantes, primario y secundaria, hasta que hoy se convierte en un lugar de recordación histórica, al igual que La Perla y la que fuera sede del Departamento de Inteligencia de la Policía (D2), actual Archivo de la Memoria.








El nuevo espacio consta de una galería, una torre de vigilancia, un patio y grandes habitaciones, donde los presos estaban detenidos y eran torturados. Sin embargo, a unos 60 ó 70 metros se mantiene la casa del coronel, donde vecinos de la zona afirman que se fusilaban a personas.

"Acá se entrenaban a los militares que iban después al otro centro de detención, La Perla, y también se traían a los secuestrados y los torturaban", explica Paredes, actual director del lugar. Se refiere al período de 1976 y 1983.

Paredes, ex militante de Montoneros y Juventud Peronista, afirma que por La Ribera "pasaron entre 4.000 y 5.000 personas", incluso antes del golpe militar ya que los grupos de tareas "trabajaban" antes de la llegada de la última dictadura militar argentina, la más sangrienta.
En La Ribera o "la Escuelita" también estuvieron la médica del Partido Comunista Amelia Nélida Inzaurralde, quien apareció "suicidada" en 1976, el secretario de Derechos Humanos de la Provincia, Raúl Sánchez.









En el patio, que ahora está poblado de plantas y árboles que en los `70 no existían, está el "Rincón Muerto", donde sobre una pared se colgaba a los detenidos y se los fusilaba. Aún las paredes muestran los orificios de bala.






CAMPO LA RIBERA. Orificios de balas en las paredes





PAREDES. Director del espacio Campo La Ribera




Una mano en la tierra.

A no más de 15 metros de ahí, persiste un añejo árbol, donde el militante de Montoneros Marcos Maidana estuvo 30 días encadenado luego de ser secuestrado en el colegio Deán Funes, a los 17 años. "Al que estuvo acá se le pone la piel de gallina. Fue duro sobrevivir, éramos pocos los que salíamos", dice.

Cuenta que los presos comenzaron a alisar la tierra del patio para hacer una cancha de bochas cuando "una mano apareció enterrada en la tierra". Sospecha que en esa zona, a centímetros del paredón de fusilamientos podría haber una "fosa común".

Según Paredes, para el Equipo Argentino de Antropología Forense hay indicios de que hay una fosa con cuerpos de "antes de 1976". Este lugar está a metros de la fosa común con cadáveres de personas desaparecidas más grande, que fue hallada en el cementerio de San Vicente.

Paredes indica que los pobladores del sector recuerdan haber visto movimientos relacionados con la desaparición de personas: "A la noche había camiones que entraban al cementerio a llevar cuerpos. Algunos dicen que quedaba el reguero de sangre que dejaba el camión".