miércoles, 9 de marzo de 2011
Aprendiendo a morirnos
Desnudos
nos agreden algunas circunstancias
en que dejamos lejos las ganas de ser niños
y nos circundan las sombras hostiles.
Puede ser una angustia
un miedo
o una bala
un nombre de mujer
una caricia ausente...
Y arremetemos nomás contra la muerte
con la rabia o la risa
el gesto, la palabra.
Y vamos aprendiendo a morirnos así
un poco cada día
inermes pero heroicos
los huesos y la sangre quizás hechos pomada
a morirnos por fin
a caer
ya sin fuerzas
de pié.
(Del libro "Contra la muerte", 1980)
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